Este 15 de Mayo, ha tenido lugar en Valladolid, en la Plaza de Fuente Dorada, y convocada por la Plataforma Solidaria con Palestina de Valladolid, a la que pertenece CGT, una concentración a las 20:00 horas que ha congregado a varios cientos de personas en solidaridad con el pueblo palestino.

El 15 de mayo se recuerda el 70 aniversario de la declaración de independencia de Israel, que llevó a la «Nakba», al desastre, a miles de Palestinos y Palestinas. Según el Comité Nacional Palestino de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BNC),

«Su independencia es nuestra Nakba. La limpieza étnica de 750,000 a un millón de personas indígenas palestinas hace 70 años y convertirlas en refugiadas para establecer un estado de mayoría judía en Palestina no es motivo de celebración.

El 15 de mayo se recuerda el 70 aniversario de la declaración de independencia de Israel, que llevó a la «Nakba», al desastre, a miles de Palestinos y Palestinas. Según el Comité Nacional Palestino de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BNC),

«Su independencia es nuestra Nakba. La limpieza étnica de 750,000 a un millón de personas indígenas palestinas hace 70 años y convertirlas en refugiadas para establecer un estado de mayoría judía en Palestina no es motivo de celebración.

La Nakba no es un crimen del pasado, está en curso. Setenta años después, Israel continúa demoliendo casas palestinas, robando nuestras tierras para construir asentamientos ilegales exclusivamente para judíos-israelíes, expulsando a lxs palestinxs de Jerusalén al revocar nuestros derechos de residencia, y niega a lxs refugiadxs palestinxs, como a muchos de nuestros miembros, nuestro derecho internacionalmente reconocido para regresar a nuestros hogares.»

Durante el acto de solidaridad y protesta, se ha realizado una performance teatral, se han leido diversos testimonios de palestinos sobre sus recuerdos de hace 70 años, y se ha dado lectura al poema ‘La historia’ de Kamal Nasir.

Tras esto se ha salido en manifestación por diversas calles del centro de la ciudad.

MANIFIESTO DÍA DE LA NAKBA

La masacre contra la población palestina de la franja de Gaza es el último eslabón de una cadena de masacres que comenzaron hace más de un siglo, masacres que se enmarcan en un plan genocida y de limpieza étnica contra el pueblo palestino. No es una afirmación gratuita sino el resultado de un análisis objetivo de este conflicto que comenzó con la creación del movimiento sionista a finales del siglo XIX. Este movimiento se basaba en dos falsas premisas: un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo, y convertir una religión en una nacionalidad. Algo tan disparatado como decir que todos los musulmanes son árabes o todos los católicos son españoles. Este disparate fue posible gracias a los medios económicos de los acaudalados judíos y la coincidencia de intereses entre las potencias coloniales occidentales de entonces, sobre todo Inglaterra.

Pero el hecho de que el papel de Gran Bretaña haya sido nefasto en la tragedia palestina, no debe ocultar la responsabilidad del movimiento sionista que, desde su primer Congreso en Basilea en 1897, decidió establecer un Estado Judío en Palestina, lo que significaba clara y rotundamente la » des-arabización» del territorio palestino. O dicho de otro modo «la invisibilidad de su pueblo» para permitir su » judaización».

En noviembre de 1947, a raíz de los horrores de la Segunda Guerra Mundial y el genocidio nazi de los judíos de Europa, la recién creada Organización de las Naciones Unidas aprobó un plan para particionar el Mandato de Palestina en un estado judío y otro árabe. Se asignaba aproximadamente el 55% de los terrenos a la propuesta de estado judío, aunque los judíos sionistas poseían sólo el 7% de la tierra privada en Palestina y representaban sólo alrededor del 33% de la población, un gran porcentaje de los cuales eran inmigrantes recientes de Europa. El estado árabe palestino se iba a crear en el 42% del Mandato de Palestina, con Jerusalén convirtiéndose en una ciudad internacional.

El 14 de mayo de 1948 se creaba el estado de Israel y un día después, los palestinos comenzaban la huida en masa de sus hogares ante la llegada de grupos de sionistas armados. Ese día comenzaba la Nakba, la catástrofe del pueblo palestino que 70 años después sigue disperso en el exilio, esperando el derecho al retorno reconocido por la ONU en la resolución 194.

La Nakba no fue un resultado involuntario de la guerra. Fue un acto deliberado y sistemático necesario para la creación de un estado de mayoría judía en la Palestina histórica, que era mayoritariamente árabe antes de 1948. Internamente, los líderes judíos sionistas utilizan el eufemismo «transferencia» cuando se habla de estos planes, pero hoy son calificados como «limpieza étnica». Las últimas masacres de Gaza se enmarcan en este contexto. EEUU y el resto de los países occidentales, no solo conocen muy bien estos planes sionistas, sino que les prestan el apoyo político, económico y militar necesario, lo que permite a Israel incumplir todas las resoluciones de las Naciones Unidad, sin que sea amonestado ni sancionado, de modo que Israel puede actuar con total impunidad.

Para Ben-Gurion, primer ministro de Israel, el plan era garantizar que los palestinos nunca regresaran a sus hogares. «Los viejos morirán y los jóvenes olvidarán» decía, pero hoy, 70 años después, el dolor del desarraigo sigue vivo entre lxs refugiadxs palestinxs. Si hay algo que Israel no ha conseguido es expropiar al pueblo palestino de su dignidad, su capacidad para resistir y transmitir la esperanza contagiosa de luchar por una causa justa.

Por eso, la llamada de la sociedad civil palestina al BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel), es más necesaria que nunca.

En el Estado español decenas de ayuntamientos se han sumado a la llamada al BDS y han aprobado mociones que señalan las violaciones sistemáticas de la legislación internacional y los derechos humanos por parte de Israel hacia el pueblo palestino. Pero Israel emplea toda su maquinaria contra aquellos que defendemos la causa Palestina empleando millones de euros para combatir el BDS. La mayor parte del dinero se dedica a recabar información sobre el BDS y sus líderes, y a sabotear y desprestigiar sus actividades. Tan sólo en esta semana han llegado 8 nuevas demandas. La mayoría a pueblos pequeños y con escasos o nulos recursos para defenderlas, tanto técnicos como humanos y financieros.

Ya está bien del lavado de cara que pretenden hacer a través de Eurovisión, el Giro u otros movimientos culturales y sociales. No miremos para otro lado mientras Israel sigue masacrando al pueblo palestino.

Desde la Plataforma Solidaria con Palestina pedimos a nuestros representantes políticos que se posicionen del lado del Derecho Internacional y, como titulares de obligaciones, les apelamos a reiterar su llamamiento a respetar y hacer respetar el Convenio de Ginebra y activen los mecanismos necesarios para que Israel rinda cuentas.

Seguiremos apoyando la Causa, para que un día los millones de refugiadxs palestinxs puedan regresar a su hogar.

Viva Palestina Libre

Fotos: Alejandro Romera


Fuente: Alejandro Romera