Evaluar los resultados de una convocatoria como la del 25 de abril no es tarea que se deba hacer con brocha gorda, si realmente queremos llegar a conclusiones que, por un, lado se correspondan con lo “verdaderamente acontecido” y por otro , nos sirvan, rectificando déficits y errores, que siempre los hay en mayor o menor medida, para avanzar en la construcción de un auténtico movimiento social a favor del Proceso Destituyente-Constituyente.

La convocatoria realizada por la Plataforma en Pie para el pasado 25 de abril, bajo el lema Asedia el Congreso, tenía diversos aspectos negativos, (que después comentaremos), pero también tenía un gran acierto: volver a convocar una movilización por el cambio de sistema. Esta cuestión había quedado en la práctica muy desdibujada en los últimos meses, incluyendo movilizaciones de gran importancia como la de las Mareas del 23F. Esa, creemos, fue la razón que llevó a que la mayoría de la asamblea de las II Jornadas Constituyentes diera su apoyo a la convocatoria.

La convocatoria realizada por la Plataforma en Pie para el pasado 25 de abril, bajo el lema Asedia el Congreso, tenía diversos aspectos negativos, (que después comentaremos), pero también tenía un gran acierto: volver a convocar una movilización por el cambio de sistema. Esta cuestión había quedado en la práctica muy desdibujada en los últimos meses, incluyendo movilizaciones de gran importancia como la de las Mareas del 23F. Esa, creemos, fue la razón que llevó a que la mayoría de la asamblea de las II Jornadas Constituyentes diera su apoyo a la convocatoria. De forma semejante a como ocurrió con la Coordinadora 25S.

A nadie se le escapan los elementos deficitarios de la convocatoria de la Plataforma En Pie, especialmente aquellos que facilitaban su criminalización y que además tenían más relación con una fantasía que con la realidad. O aquellas otras que expresaban un carácter poco incluyente de esta movilización.

Con problemas similares nos encontramos en la convocatoria del 25S, Ocupa el Congreso, pero en aquella ocasión se solventaron haciendo una convocatoria propia, con su propio lema, que fue precisamente lo que dio lugar a la constitución de la Coordinadora 25S.

En esta ocasión la línea de acción debería de haber sido similar a la que se hizo en el 25S, algo que se intentó, pero los resultados sólo se quedaron a medias, fundamentalmente por dos razones.

Porque la convocatoria propia de la Coordinadora 25S y las actividades que se desarrollaron para llevarla a la gente fueron bastante menos robustas y se hicieron con menos convicción que las realizadas alrededor de la convocatoria del 25S. Ello supuso que la línea de acción quedara, como decíamos, a medias.

Porque la situación en abril de 2013 es diferente de la que había en septiembre de 2012. El sistema sabe del aumento de su desgaste, de su pérdida acelerada de legitimidad social. Ello le hace cada día más débil. El poder es muy consciente de su deslegitimación progresiva y una de sus opciones es impedir que prospere una alternativa que de verdad articule un proyecto alternativo al actual sistema.

La beligerancia de la mayoría de los medios de comunicación, a los que en esta ocasión también se ha sumado con estilo propio el Grupo Prisa, y el desmarque de determinados agentes políticos y sociales que hasta ahora habían tenido posiciones de cierto apoyo o acompañamiento hacia el movimiento por un Proceso Destituyente-Constituyente, no tienen tanto que ver con la torpeza en las formas de la convocatoria de la Plataforma en Pie, como con ese alineamiento de todos los que en el fondo están con el sistema, incluso los que dicen estarlo críticamente. Ello les lleva a colaborar en poner todas las dificultades posibles para que se articule un potente movimiento popular a favor de un proceso de ruptura con el actual régimen.

Esta cuestión la vamos a ir comprobando de una forma más nítida en las próximas semanas, con la confluencia de diversos sectores sindicales y políticos alrededor del lema: “Pacto por el empleo”, o “por una nueva política económica”, que por supuesto no será tal; y además encabezada por la Corona.

Con la participación de la Coordinadora 25S en la movilización del 25 de abril, salvamos los muebles y reforzamos nuestro prestigio ante los sectores más combativos del movimiento popular, especialmente la juventud. Se podía haber hecho más, pero en las circunstancias en que ocurrió el 25 de abril de acoso mediático, político y policial y las dificultades de la Coordinadora del 25S, podemos estar relativamente satisfech@s de los resultados.

La convocatoria en cualquier caso provocó mucha preocupación en el Regimen, lo que le llevó entre otras cosas a suspender el pleno que estaba previsto para ese día. Esa preocupación le llevó a realizar una política represiva preventiva fuera de lo que es habitual. El titular de El Mundo en portada , al día siguiente, “La Policía, gracias a una actitud intimidatoria y preventiva durante la jornada de ayer, evitó el éxito de una convocatoria que pretendía asediar el Congreso“, es muy sintomático de cómo apostaron por dar una respuesta fundamentalmente represivo-policial.

En cualquier caso, el Gobierno ha demostrado grandes debilidades. Un elemento esencial de su estrategia era hacer creer a la opinión pública que la movilización del 25 de abril era ilegal, cuestión absolutamente falsa, ya que la ilegalidad de una manifestación sólo la puede determinar un Tribunal; y cuando lo informamos en nuestro comunicado, intentaron que fuera la Audiencia Nacional la que hiciera tal trabajo, pretensión que fue rechazada por ese Tribunal.

En síntesis, el apoyo a la convocatoria ha reforzado la confianza en nuestro movimiento de quienes lo han entendido, mientras que respecto de las personas y grupos que no, hemos de restablecer puentes esforzándonos por explicar nuestra posición.

Coordinadora 25S


Fuente: Coordinadora 25S