No es el tiempo el que pasa. Eres tú que te alejas apresuradamente hacia la sombra, y vas dejando caer, como el que se despoja de sus bienes, todo aquello que amaste, las horas que te hicieron la dicha, amigos en quienes hubo un día refugio tu tristeza, sueños inacabados. Al final, casi vacías las manos, te preguntas en qué momento se te fue la vida, se te sigue yendo, como un hilo de agua entre los dedos.

(Meira Delmar)


Fuente: JKAL