[Lo que sigue es el texto de un volante que se distribuyó el 19/03/2009 en el principal sistema de transporte urbano de la capital venezolana. Entre parentesis incluimos algunas notas aclaratorias para que desde el exterior se entienda mejor a este conflicto y a sus actores.]

Los trabajadores del Metro no renunciamos al Contrato Homologado

Ya hace casi un mes de la más importante asamblea realizada e impulsada por la motivación de los trabajadores del Met...

[Lo que sigue es el texto de un volante que se distribuyó el 19/03/2009 en
el principal sistema de transporte urbano de la capital venezolana. Entre
parentesis incluimos algunas notas aclaratorias para que desde el exterior
se entienda mejor a este conflicto y a sus actores.]

Los trabajadores del Metro no renunciamos al Contrato Homologado

Ya hace casi un mes de la más importante asamblea realizada e impulsada por
la motivación de los trabajadores del Met…

[Lo que sigue es el texto de un volante que se distribuyó el 19/03/2009 en
el principal sistema de transporte urbano de la capital venezolana. Entre
parentesis incluimos algunas notas aclaratorias para que desde el exterior
se entienda mejor a este conflicto y a sus actores.]

Los trabajadores del Metro no renunciamos al Contrato Homologado

Ya hace casi un mes de la más importante asamblea realizada e impulsada por
la motivación de los trabajadores del Metro de Caracas, para defender de
manera unitaria el contrato que cumplió todos los pasos legales hasta ser
homologado por las autoridades del Trabajo. Desde esa fecha, la moral y
decisión de los trabajadores del Metro es la misma : exigimos respeto al
contrato homologado. Unos días antes el gobierno buscó el apoyo popular
para aprobar la enmienda constitucional, sin embargo ahora ha colocado una
hilera de obstáculos con el único propósito de quebrar nuestra moral e
imponernos un contrato de hambre, ya que parten de pensar que si nos
imponen a los trabajadores del Metro el contrato por ellos diseñado,
lograrán hacerlo pasar a otros sectores que también están en lucha.

Esta es una política nefasta. Primero, el presidente Hugo Chávez negó “que
la crisis del capitalismo llegara a Venezuela”. Luego agrego “que si los
precios del petróleo llegaran a cero”, esta crisis tampoco nos tocaría.
Finalmente el gobierno recoge la cabuya, y luego del 15 de febrero,
aprobada la enmienda, “admite” que sí estamos en crisis y propone apretar
el cinturón. Luego vinieron las declaraciones de Ciudad Piar, donde nos
lanza la DISIP (policía política) y DIM («inteligencia» del ejército) y
todo tipo de amenazas contra los trabajadores de otras empresas en Guayana
(área industrial al suroeste del país, sede de grandes industrias
básicas). Tanta sinceridad nos abruma. Ya el gobierno habló claro, -pero
además esta actuando- y lo que pretende es descargar sobre nuestros
hombros, nuestras familias y el resto de los trabajadores del país, la
crisis capitalista que azota al mundo, imponiéndonos contratos de hambre.

Para cerrar, nos confronta con la Madres del Barrio (programa
gubernamental de asistencia social), como que si nuestra aspiración fuera
que del presupuesto que sostienen estas misiones salieran los recursos
para cumplir con el contrato firmado y homologado y con el que hoy nos
atacan por oneroso, cuando lo único oneroso en este país “en transición
al socialismo”, son los sueldos y niveles de vida de los diputados,
ministros, presidentes de empresas, y el propio canciller que ahora
además de funcionario pretende erigirse en dirigente sindical.

Esta es una campaña de terror con el único objeto de quebrar nuestra moral.
Y tenemos que señalar con contundencia. De esta campaña forman parte
Claudio Farías (presidente del Metro de Caracas), el ministro Diosdado
Cabello (alto funcionario y exponente fundamental de la boliburguesía),
Nicolás Maduro (actual canciller y notorio boliburgués, que alguna vez
fuera sindicalista en el Metro), y Francisco Torrealba (burócrata sindical
«rojo-rojito»), y con el concurso del presidente Hugo Chávez, como él
mismo lo admitió en el discurso de Ciudad Piar. Es decir, “se vinieron
con todo” con el objeto de arruinar las aspiraciones de los trabajadores
del Metro, y sentar un precedente para el resto de los trabajadores del
país. Esto no tiene nada de socialista. Detrás de ese discurso, se esconde
la barbarie de la explotación capitalista y las intenciones claras de que
los trabajadores paguemos la crisis.

El papel del sindicato ya lo advertimos en la asamblea del 17 de febrero,
al solicitar su renuncia. Esta directiva sindical nunca estuvo a la altura
de nuestras demandas, no mostró seguridad y aplomo ante la entrega del
pliego conciliatorio, mucho menos al pliego conflictivo. Luego de esa
asamblea, nunca más se consultó a los trabajadores, y se hizo poco
esfuerzo por recurrir a la manifestación y presión de los trabajadores.
Por debajo de cuerdas han anunciado que en pocas horas o días, llegarán a
un acuerdo “intermedio” con la empresa, y debemos estar atentos pues es
muy probable que intenten imponerlo sin consultar a los trabajadores. Esto
no tiene otro nombre, que la de traición a nuestras aspiraciones votadas
en la asamblea del 17 de febrero, en defensa del contrato homologado.

Los trabajadores, del Metro hacemos un llamado al resto de los trabajadores
del país. Un llamado de advertencia, y para que estén atentos e impidan la
imposición que ha significado esta actitud por parte del gobierno nacional,
de quebrar la lucha y las aspiraciones de los trabajadores. De cercar
nuestros derechos laborales, de impedir y coartar nuestro derecho a
convenir colectivamente, a limitar y a inmiscuirse en el ejercicio libre y
autónomo de nuestras organizaciones sindicales, amenazar nuestro derecho a
huelga, con la presencia y el cerco de la GN (Guardia Nacional
«Bolivariana», policía militarizada tradicionalmente a cargo de la
represión de las protestas sociales) y la DISIP, en los alrededores
de las instalaciones del Metro. Este, no es el camino al socialismo. Sin
la lucha independiente de los trabajadores nunca avanzaremos al socialismo.
El tutelaje e intervencionismo del Estado tiene un sólo y único fin : que la
crisis la peguemos los trabajadores y a eso nos oponemos rotundamente los
trabajadores del Metro de Caracas. Por eso, no renunciamos a nuestro
contrato homologado, rechazamos cualquier intento del sindicato de
entregarlo a nuestras espaldas, y llamamos a la conformación de la más
amplia red de apoyo y solidaridad con nuestra lucha.


Fuente: El Libertario