Artículo publicado en Rojo y Negro nº 388 de abril.

“Ya sabías en lo que trabajabas cuando te quedaste embarazada”

Esta es una de tantas contestaciones que desde la Administración dan a las trabajadoras PAS de los centros docentes de la Comunidad de Madrid cuando intentan ejercer el derecho a la baja por riesgos durante el embarazo a partir del cuarto mes de gestación.

Las compañeras Tec III, Fisios, Dues y TSIS atendemos en los centros de enseñanza al alumnado con necesidades educativas especiales. Son trabajos con una dedicación plena al alumnado que requieren de paciencia y fuerza, posturas incomodas, estrés durante toda la jornada, en no pocas ocasiones y sin estar debidamente reguladas tenemos que hacer contenciones físicas (para preservar el bienestar del alumno y del resto), ya que sufrimos agresiones y episodios violentos por el tipo de alumnado con el que trabajamos. En otro tipo de recursos, estas mismas profesionales causan baja por riesgo durante el embarazo antes de iniciar el cuarto mes de gestación. Sin embargo, en el convenio de Personal Laboral de la Comunidad de Madrid se recoge a partir de la semana 37, o sea, bien entradito el octavo mes de embarazo por lo que en la Consejería de Educación, debido a las trabas de la Administración y a la falta de un protocolo estandarizado desde el servicio de prevención, las compañeras terminan pidiendo la baja al médico de cabecera por otras patologías como dolores de espalda, indisposiciones, etc.; algunas compañeras nos cuentan que conseguir la baja por embarazo se retrasa demasiado y resulta un premio a toda una yincana burocrática.

Desde nuestra sección en CGT venimos insistiendo a las compañeras/os de la importancia de registrar cada incidente (por pequeño que sea), abrir un parte de lesiones y/o accidente en el centro y acudir a la mutua para poder visibilizar la peligrosidad de nuestros puestos de trabajo y por ende los riesgos durante la gestación. Y, por qué no, abrir el camino a los coeficientes reductores a la edad de jubilación. No hay que normalizar nunca la violencia ni el riesgo de sufrir “incidentes” en ningún puesto de trabajo, la prevención tiene que funcionar y si no funciona las trabajadoras tenemos que alzar la voz.

Queremos dejar claro que no estamos criminalizando al alumnado de necesidades, tan solo intentamos dar voz a una problemática y visibilizar el camino que tienen las trabajadoras para defenderse de los abusos de su empleadora.

Este año, el comité de empresa de centros docentes, tras la petición de CGT, ha recibido la triste cifra irreal de los accidentes de trabajo registrados durante el año anterior 2023. Al verlo, cualquier trabajadora de centros docentes sabe que ni de lejos estas cifras se ajustan a la realidad. Son trabajadoras en contacto directo con alumnado de necesidades donde son usuales los arañazos, los mordiscos, los empujones, bastante frecuentes las contracturas por exposición a posturas incómodas y el estrés que supone que varios niñes dependan de ti; exposición a ruidos, virus y bacterias infantiles que sí se consideran riesgo para otras profesiones. Tenemos constancia de accidentes graves, roturas de dedos, pérdida de visión debido a cabezazos, costillas rotas e incluso abortos… (registra tus accidentes: https://drive.google.com/file/d/147qb6xrS-rLWZQMyDrU7_-y1b4MoseGQ/view). Todos estos motivos sí que se tuvieron en cuenta a la hora de pactar entre la Administración y los sindicatos mayoritarios las jubilaciones anticipadas para otras profesiones de los centros —los docentes, por ejemplo—. ¿Cómo es posible que dentro de un mismo ámbito y en las mismas circunstancias no se aplique la misma medida de prevención y cuidado?
Como sindicato de clase llevamos años luchando por la aplicación de los coeficientes reductores en la edad de jubilación. Para ello las trabajadoras tienen que hacer su parte y registrar y visibilizar sus realidades en los puestos. Con el nuevo Real Decreto, se ha creado un grupo de trabajo restringido para el estudio de la penosidad en actividades profesionales a partir de determinada edad que sólo está conformado por UGT, CCOO, la patronal, el Ministerio de Seguridad Social y la Inspección de Trabajo, limitando la participación de los demás sindicatos representativos en un sector o en una comunidad autónoma. Empeoran la norma anterior castigando a los sindicatos combativos y a lxs trabajadorxs de sectores peligrosos y con especial penosidad, una medida que afecta también a conductores profesionales, trabajadores/as con productos químicos y peligrosos, trabajadoras/es de cuidados, bomberos/as, trabajadores/as del mar, etcétera.
Este es uno de los tantos capítulos a los que nos enfrentamos las compañeras de sectores de trabajo feminizado y que, pese a ser trabajos técnicos y cualificados, terminan siendo a ojos de la patronal solo de cuidados. El sector de los cuidados está basado en la precarización de las mujeres aumentando y volviendo más profunda su vulnerabilidad. ¡¡¡Defiéndete!!!

Laura Martínez, TSIS
Delegada LOLS

 


Fuente: Rojo y Negro