Jueves, 21 de enero a las 19h. en Centro Social Ágora, Madrid

La revolución de las mujeres kurdas

Melike Yasar, representante del Movimiento Internacional de Mujeres Kurdas (MIMK), habla sobre el proceso abierto y en construcción que se desarrolla en el Kurdistán sirio; el rol fundamental de las mujeres para construir la revolución, la influencia de la victoria en otras regiones kurdas y el futuro en Medio Oriente.

La revolución de las mujeres kurdas

Melike Yasar, representante del Movimiento Internacional de Mujeres Kurdas (MIMK), habla sobre el proceso abierto y en construcción que se desarrolla en el Kurdistán sirio; el rol fundamental de las mujeres para construir la revolución, la influencia de la victoria en otras regiones kurdas y el futuro en Medio Oriente.

Los combates entre las milicias guerrilleras de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG/YPJ) y los mercenarios del Estado Islámico (EI) prosiguen en aldeas y poblados. Cuando en enero de este año las fuerzas del EI fueron expulsadas de Kobane, se inició un proceso de profundización de la revolución en esa región. Bajo la dirección del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el norte de Siria vislumbra una nueva forma de hacer política. Para los medios masivos, la parafernalia militarista de la Coalición Internacional (CI), encabezada por Estados Unidos y que bombardea la zona, es mucho más atractiva que la organización de los pueblos de diferentes nacionalidades que conviven en Rojava.

 

La resistencia de las mujeres

 

En la primera línea de combate están ellas. Los medios las muestran radiantes, como modelos publicitarias: otra reducción mediática, intencionada y directa. Las mujeres kurdas, con sus fusiles al hombro, son parte fundamental de una revolución. La revolución en Rojava es una revolución de las mujeres. La libertad de las mujeres está en el centro del paradigma del sistema confederal. La resistencia de las mujeres en Rojava no ha empezado ahora, sino que es la consecuencia de la lucha de muchos años. Este es el significado de las mujeres a la hora de implementar el Confederalismo Democrático en Rojava, la ideología que rige al PKK (PYD, en el norte de Siria) y que puso en un duro cuestionamiento las líneas políticas clásicas de Medio Oriente.

 

La libertad de la mujer significa la libertad para el pueblo. Antes del proletariado, las mujeres fueron el primer sector social reprimido. Todos los movimientos sociales y las revoluciones del siglo XX defendían el derecho de las mujeres, pero dejaban la solución para después de la revolución. Para el movimiento kurdo fue una lección con la que analizó todas las revoluciones y definió que el problema de la mujer se va a solucionar en de la revolución y no después.

 

Apenas un 10% de mujeres combaten contra el Estado Islámico. Las demás se dedican a la construcción política de una nueva sociedad, en medio de la guerra. Las mujeres en Rojava fueron las fuerzas que armaron ese sistema confederal, y no solamente con la lucha armada. En el mundo se conoció solamente la lucha armada de las mujeres kurdas, pero esa no es la única realidad. El mundo tiene que saber que las mujeres que tienen las armas en sus manos tienen un lápiz también. La fuerza de las mujeres fue el cambio fundamental en Kurdistán.

 

Rojava hoy

 

La premisa del movimiento kurdo en el norte sirio es reconstruir un territorio arrasado, en base al anti-estatismo, el comunitarismo y la inclusión democrática de los pueblos. Después del triunfo en Kobane, en el pueblo y en todos los movimientos hay muchas más esperanzas, a pesar de la guerra, los conflictos y la amenaza.

 

Todos los países de Medio Oriente tienen un plan distinto para Rojava, mientras que el EI no es un movimiento que pelea solamente contra los kurdos sino que es una organización creada por los países capitalistas para reordenar la región a su gusto; lo que demuestra que el Estado Islámico no solamente pelea contra los kurdos sino también para destruir el nuevo sistema que nace en Rojava.

 

El pueblo tiene conciencia del Confederalismo Democrático y lo defiende con todo lo que puede porque es en el único modelo que se puede sentir libre y que le pertenece a ellos. Hay que saber y tener claro que este modelo es anticapitalista, razón por la que los países capitalistas tratan de destruirlo. El Confederalismo Democrático no se construye después de la guerra sino dentro de ella. Cuando empezó la guerra civil en Siria lo primero que se hizo fue echar a los hombres de Assad para construir este sistema en Rojava. Este modelo es el tercer camino, ni con el régimen de Assad ni con los grupos terroristas. El pueblo kurdo sabía que traía este nuevo modelo democrático con respecto a las mujeres, la juventud y para el pueblo entero.

 

Desde mucho antes de declarar la autonomía en Rojava en 2013, el movimiento kurdo construyó el germen de lo que hoy se está viendo. Para que pueda funcionar, en los barrios se dan seminarios informativos acerca de este sistema con base en que todos los pueblos puedan vivir juntos. En los barrios, en los pueblos, en los campos se construyen asambleas. Dentro de este sistema, la libertad de las mujeres es una guía muy importante. Las mujeres le pusieron la dinámica a ese sistema y hay que verlo como la consecuencia de la lucha del movimiento kurdo desde hace cuarenta años.

 

El impacto en Medio Oriente

 

El pueblo de Medio Oriente, especialmente en los últimos años, está viviendo una cultura de resistencia con la cual quieren cambiar el sistema en el que están viviendo. En la región crecen las pujas internas y la injerencia de Estados Unidos. Los enfrentamiento entre los régimenes más ortodoxos, como Arabia Saudita y Turquía, con Irán y Siria marcan el último tiempo. En el medio, el pueblo kurdo busca su destino.

 

Los pueblos de Medio Oriente quieren cambiar los actuales regímenes, pero todavía no hay una alternativa propia. La resistencia del pueblo de Medio Oriente despertó respeto, pero en los ejemplos de Libia, Túnez y Egipto se vio la falta de alternativa. Por eso, el modelo de Rojava da mucha esperanza a muchos pueblos de Medio Oriente de que un nuevo sistema se puede construir. Los estados no lo van a aceptar, porque el sistema es anti-Estado.

 

En Rojava no fue simplemente aprovechar el momento, sino que ese sistema ya tenía una base. No podemos negar que la guerra civil en Siria nos dio la oportunidad de poner a funcionar ese sistema, pero también de defender esa tierra porque en ese momento el pueblo kurdo lo necesitaba. Sabíamos que la decisión que iban a tomar los países imperialistas iba a afectar de forma negativa a los kurdos, pero un triunfo en Rojava afectó al pueblo kurdo de forma positiva.

 

Las incógnitas sobre lo que sucederá en el Kurdistán sirio y su influencia en la región siguen latentes. Algo nuevo parece emerger en la Media Luna Fértil, pero alrededor acechan peligros y contradicciones. Hasta ahora, la mayor defensa a la revolución en Rojava la dan los propios pueblos que habitan ese suelo. La fuerza para consolidar ese proceso definirá el futuro.

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Fuente: SOV Sur de Madrid