El 28 de marzo a a las 19h en el local de CGT-Zona Sur, Madrid

Las trabajadoras del régimen especial de Empleadas de Hogar es un colectivo que arrastra una discriminación histórica con respecto al resto de trabajadores y trabajadoras. Pese a su incorporación al Régimen General de la seguridad social, esta no se ha hecho en las mimas condiciones que le resto de trabajadores y la equiparación de las condiciones laborales de estas trabajadoras con las del resto es una vieja reivindicación del colectivo que continua sin cumplirse. El listado de reclamaciones es largo.

Las trabajadoras del régimen especial de Empleadas de Hogar es un colectivo que arrastra una discriminación histórica con respecto al resto de trabajadores y trabajadoras. Pese a su incorporación al Régimen General de la seguridad social, esta no se ha hecho en las mimas condiciones que le resto de trabajadores y la equiparación de las condiciones laborales de estas trabajadoras con las del resto es una vieja reivindicación del colectivo que continua sin cumplirse. El listado de reclamaciones es largo. Sigue pendiente el derecho a la prestación por desempleo; las bajas por enfermedad se abonan a partir del noveno día y se paga el 75% del salario en caso de baja por accidente de trabajo o enfermedad laboral; no se cotiza por el salario real, el/la empleador/a no tiene obligación de dar de alta en la Seguridad Social a la trabajadora si esta trabaja menos de 60 horas mensuales. Tampoco existe un marco de negociación colectiva y las condiciones laborales están reguladas por el Estatuto de los Trabajadores siendo por tanto el salario mínimo interprofesional el salario de referencia.

Este colectivo tiene unas características específicas que las diferencia de otros. La primera es la feminización de este sector -tradicionalmente está asociado al sexo femenino- de tal manera que el 89,7% son mujeres. Otra característica es que el 46,7% son extranjeras ya que muchas inmigrantes se dedican al servicio doméstico ante la imposibilidad de acceder a otros puestos. Más del 41% están internas (viven en la misma casa que el/la empleadora) y de estas cerca del 80% son inmigrantes. Y por último, es un sector en que se da un importante porcentaje de trabajo “en negro” ya que para buena parte de los empleadores no es importante cotizar por estas trabajadoras y de hecho un 16,2% reconoce haber pagado en negro porque resulta más barato.

En estas condiciones, es necesario que las Empleadas de Hogar conozcan cuáles son sus derechos actuales para evitar los habituales abusos de este sector y desde este conocimiento luchar para ampliarlos y lograr una equiparación con el resto de trabajadores y trabajadoras. Ni chachas, ni sirvientas, ni criadas si no trabajadoras organizadas que luchan por su dignidad y por sus derechos.

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Fuente: CGT-Zona Sur