Rojo y Negro es el vocero de la Confederación General del Trabajo (CGT), una asociación de trabajadores y trabajadoras anarcosindicalista, de clase, autónoma, autogestionaria, federalista, internacionalista y libertaria.

Naji Owdah nos contó en la sede de CGT en Madrid, la situación en Palestina. Campos de refugiados : por el derecho al retorno

El Mundo Galerías Fuente: Paloma 28/11/2005

Naji Owdah nos contó en la sede de CGT en Madrid, la situación en Palestina. Campos de refugiados : por el derecho al retorno
El pasado 21 de noviembre, por invitación de CGT, comenzó en Madrid (y continuó por otras ciudades del estado español como Teruel y Zaragoza) una “gira” de charlas-debates con Naji Owdah, palestino originario del campo de refugiados de Deisheh (Belén). Naji desde hace tiempo, además de padecer como el resto de su pueblo el sufrimiento de estar bajo la ocupación israelí, trabaja por el derecho al retorno de los refugiados en una asociación llamada Badil, y es también representante del comité popular que gestiona el campo donde vive, por otro lado también es coordinador del Centro Al- Feneiq (en el mismo campo de refugiados) donde se intenta desarrollar actividades y trabajos, sobre todo con mujeres y jóvenes, que mejoren un poco las condiciones de vida y sirvan para guardar viva la memoria, la identidad y la cultura del pueblo palestino.
Naji Owdah nos contó en la sede de CGT en Madrid, la situación en Palestina. Campos de refugiados : por el derecho al retorno


El pasado 21 de noviembre, por invitación de CGT, comenzó en Madrid (y continuó por otras ciudades del estado español como Teruel y Zaragoza) una “gira” de charlas-debates con Naji Owdah, palestino originario del campo de refugiados de Deisheh (Belén). Naji desde hace tiempo, además de padecer como el resto de su pueblo el sufrimiento de estar bajo la ocupación israelí, trabaja por el derecho al retorno de los refugiados en una asociación llamada Badil, y es también representante del comité popular que gestiona el campo donde vive, por otro lado también es coordinador del Centro Al- Feneiq (en el mismo campo de refugiados) donde se intenta desarrollar actividades y trabajos, sobre todo con mujeres y jóvenes, que mejoren un poco las condiciones de vida y sirvan para guardar viva la memoria, la identidad y la cultura del pueblo palestino.







En estos debates se intenta dar una visión de cuál es la situación que se vive allí, y que tanto se desconoce en el mundo occidental, gracias al silencio informativo de israelíes, norteamericanos y europeos que, alzando ese muro de silencio, deja al pueblo palestino apartado del resto.

Los refugiados palestinos (hoy cerca de 7.000.000 repartidos entre varios países e incluso dentro de los propios territorios de Gaza y Cisjordania) fueron expulsados de sus tierras por el terror después de las masacres cometidas por el ejército israelí, para dar cuerpo a la idea de la creación de “un estado sionista”. Hoy, muchos de esos palestinos guardan todavía la llave de sus antiguos hogares con la esperanza de poder volver algún día ; y es hoy también, después de más de 50 años de expulsión, de algunas resoluciones de la ONU (en concreto la 194), y de tratados entre la Autoridad Nacional Palestina y los gobiernos israelíes (como el de Oslo), que no se contempla el menor atisbo de devolución de sus tierras, y ni siquiera la opción de poder elegir si quieren retornar a ellas. Es la idea de que un día pueda existir una Palestina libre, lo que hace que estas gentes resistan, aun en condiciones tan precarias como las que ellos padecen : vivir subyugados al poder del ejército israelí que hace y deshace a su antojo con arrestos de personas inocentes, entrando en los hogares y destrozando todo cuanto les apetece, restringiendo los desplazamientos y llevándoles a una inmovilización geográfica asfixiante, que hace que el paro existente aumente a cotas elevadísimas, propiciando en general una situación de ahogo muy difícil de sobrellevar.

No podrá haber nunca una solución justa sin el reconocimiento del derecho al retorno de los refugiados, y muy probablemente no se encontrará ninguna solución de paz efectiva sin el reconocimiento de este derecho.

Desde aquí pensamos que este ha sido un primer paso para conocer la realidad que allí se vive, con información de “primera mano” y sin intoxicaciones “oficiales”, y que tanto desconocemos y necesitamos saber las personas que vivimos en “este otro mundo”, pero que llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones.

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