Artículo publicado en Rojo y Negro nº 386 de febrero

Eble por neniu en la mondo nia demokratia lingvo havas tian gravecon, kiel por la laboristoj, kaj mi esperas, ke pli aŭ malpli frue la laboristaro estos la plej forta apogo de nia afero. La laboristoj ne sole spertos la utilon de Esperanto, sed ke ili ankaŭ pli ol aliaj sentos la esencon kaj ideon de la esperantismo.

“Quizás para nadie en el mundo nuestra democrática lengua tenga tanta importancia como para los trabajadores, y espero que más o menos pronto sean los trabajadores el apoyo más fuerte de nuestro movimiento. Los trabajadores no sólo experimentarán la utilidad del esperanto, sino que también, más que los demás, sentirán la esencia y la idea del esperantismo”.

L.L. Zamenhof, en carta al Der Arbeiter Esperantist («El trabajador esperantista»), 1910

La clase obrera entendió rápidamente los beneficios que podría obtener de esta herramienta: para unirse, necesita un lenguaje común y el esperanto es particularmente adecuado para este papel debido a su facilidad de aprendizaje, que lo pone al alcance de todos. Este beneficio también lo percibió claramente el creador del esperanto, como refleja la cita anterior.
Fue en la primera década del siglo XX cuando un número creciente de trabajadores comenzaron a aprender y crear sus propias organizaciones, independientes del movimiento esperantista burgués que se había formado unos años antes. Desde 1903, grupos de trabajadores esperantistas se formaron en varias ciudades como Estocolmo donde, en 1905, se fundó el primer grupo esperantista anarquista cuando el anarquista francés Paul Berthelot (quien, por cierto, murió víctima de una enfermedad tropical en Brasil, donde creó una comunidad anarquista en la selva amazónica) fundó la revista Esperanto, publicada todavía hoy.
Anarquistas y anarcosindicalistas, que antes de la Primera Guerra Mundial pertenecían al grupo más numeroso de los obreros esperantistas, fundaron en 1906 la liga internacional Paco kaj Libereco (Paz y Libertad). Poco después, en una reunión celebrada durante el segundo congreso universal de esperanto (Ginebra, 1906) a la que se llamó ruĝula kongreseto (pequeño congreso de rojos), se decidió editar la revista mensual Internacia Socia Revuo (Revista Social Internacional). El primer número de la revista se publicó en enero de 1907 bajo el lema «Revista mensual en esperanto redactada internacionalmente sobre todo aquello que interesa a la vida de la humanidad» y fue el órgano del grupo. La revista llegó a contar con más de 600 suscriptores de casi veinte países y sobrevivió hasta diciembre de 1914, iniciada ya la Primera Guerra Mundial.
Paco kaj Libereco se unió en 1910 con otra asociación progresista, los Obreros Esperantistas, y la organización resultante se denominó Liberiga Stelo (Estrella liberadora). Hasta 1914 esta organización editó mucha literatura revolucionaria (y anarquista) en esperanto permitiendo, por ejemplo, que en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial se intercambiara una activa correspondencia entre anarquistas europeos y japoneses.
Alrededor de la misma época, el esperanto hizo su entrada en Asia Oriental. Esperantistas anarquistas desarrollaron su actividad en China y Japón donde el esperanto pronto se hizo popular entre anarquistas para poder contactar con los trabajadores esperantistas europeos. Se editaron muchas revistas, casi siempre bilingües como, por ejemplo, desde 1913 Liu Shifu (Sifo) editó La Voĉo de la Popolo (La Voz del Pueblo) que fue la primera revista anarquista en China. Al principio, los informes de la parte en chino venían sobre todo de la mencionada Revista Social Internacional. Liu Shifu murió en 1915. También entre los primeros esperantistas japoneses hubo muchos socialistas y anarquistas, que fueron perseguidos repetidas veces y como consecuencia, en 1931 la revista La Anarkiisto (El anarquista) debió cerrar, pues toda la redacción fue encarcelada.
En 1906, la F.O.R.A. (Federación Obrera Regional Argentina), en el apartado sobre educación e instrucción, resuelve:
“EI VI congreso de la F.O.R.A. cree conveniente que las sociedades gremiales y federaciones locales dispongan de un Consejo de Educación e Instrucción encargado de organizar escuelas diurnas y nocturnas, constituir bibliotecas y demás cosas necesarias para elevar intelectualmente a la clase proletaria, dándole una educación integral y la lengua internacional esperanto”.
Durante la época previa a la I Guerra Mundial hubo resoluciones congresuales de diferentes organizaciones anarquistas o anarcosindicalistas similares a la de la F.O.R.A. relativas al esperanto como veremos en la próxima entrega.

Jesús González

 


Fuente: Rojo y Negro