Artículo publicado en Rojo y Negro nº 388 de abril.

Esperanto, anarquismo y movimiento obrero (y 3ª parte)

En agosto de 1921 se reunieron en Praga 79 obreros de 15 naciones y fundaron la Sennacieca Asocio Tutmonda o SAT (Asociación Anacional Mundial) que sigue activa hoy día. Alcanzó su apogeo en los años 1929-1930 con 6.524 miembros en 42 países. Aunque fue concebida como una organización de clase proletaria, se negó a limitar su horizonte político por lo que no se designó a sí misma como «socialista» o algo por el estilo. Desde el principio intentó convertirse en un lugar donde los partidarios de la más amplia gama de tendencias de izquierda pudieran participar en un intercambio libre de ideas. Hubo, sin embargo, un ambiente muy pronunciado de antinacionalismo, que afectaba a todas las tendencias. El grupo fundador quería limitar las influencias nacionales tanto que se dio un paso más allá del internacionalismo para dar a la asociación una estructura «anacional» y consagrar este principio en su nombre. Sólo los hablantes del esperanto con la suficiente competencia lingüística serían miembros. Existían diversas facciones dentro de la organización: libertarios, comunistas, ecologistas o anacionalistas entre otras. SAT adoptó el lema: «Miembros de SAT, acostumbraos a actuar, pensar y sentir extranacionalmente». Y su objetivo era: “En definitiva, el objetivo a largo plazo de SAT es el de promover en todo el mundo, por medio de la utilización de una lengua planificada racionalmente, el desarrollo de espíritus capaces de pensar racionalmente, de comparar, comprender y evaluar correctamente las ideas, las tesis y tendencias, y que, por lo tanto, también son capaces de seleccionar por su cuenta el camino que consideren que es la forma más directa o alcanzable, a fin de liberar a su clase y de llevar la humanidad a un nivel de civilización y cultura tan alto como sea posible».
En marzo de 1925, el «Grupo Berlinés de Esperantistas Anarcosindicalistas» saludó al 2º congreso de la AIT de Ámsterdam. Hablaron de que el esperanto en la FAUD (Freie Arbeiter-Union Deutschlands – Sindicato Libre de Trabajadores Alemanes), la sección alemana de la AIT, «había arraigado de tal manera que habían fundado una organización mundial de esperantistas con base libertaria y antiautoritaria». Alusión a TLES (“Tutmonda Ligo de Esperantistoj Senŝtataj”) [Liga Mundial de Esperantistas Apátridas], que se fundó en los años 20, por cuanto SAT, al principio, estuvo bajo un fuerte influjo comunista. El movimiento obrero esperantista fue especialmente fuerte en Alemania y la Unión Soviética.
En 1923, los libertarios rusos A. Levandowsky y J. Zilberfarb fundaron en Ucrania I.S.A.B. – Internacilingva Scienca Anarkisma Blblioteko (Biblioteca Anarquista Científica en el Idioma Internacional) y publicaron Ética de Kropotkin y Anarquismo de Borovov. Muchas otras publicaciones estaban en preparación, entre ellas Sembrando Flores de Federico Urales; pero el desarrollo posterior de la situación en Rusia, impidió su publicación.
Represión del esperanto
Diversos regímenes consideraron el esperanto como “lengua peligrosa” (existe una obra muy recomendable con dicho título escrita por el historiador Ulrich Lins): ya en 1895 se prohibió la importación de la revista «El esperantista» en la Rusia zarista, por la publicación de un artículo de Tolstoi; en 1922 se prohibió la enseñanza del esperanto en las escuelas francesas; en 1935 la enseñanza del esperanto (llevada a cabo en las llamadas escuelas libres) fue prohibida en Alemania; en 1936 el esperanto fue prohibido en Alemania y Portugal; a mediados de los años 30, las ediciones de SAT, así como obras anarquistas, no pudieron ya entrar en la URSS. Durante la creciente represión estalinista, la actividad del movimiento esperantista soviético, anteriormente apoyada por el régimen, fue recortada cada vez más cuando la dirección de la Unión Soviética paso a considerar a los esperantistas y específicamente a la Unión de Esperantistas Soviéticos como un grupo de cosmopolitas y espías y liquidó a sus principales dirigentes. Desde 1938, el esperanto fue prohibido en todos los territorios ocupados y reincorporados por Alemania.
A causa de estas prohibiciones y persecuciones el movimiento esperantista sufrió graves impedimentos y retrocesos y con él la difusión y evolución de la lengua internacional. Incluso después de la Segunda Guerra Mundial no tuvo una fácil reanudación. Bajo influencia soviética se prohibieron en 1949 los grupos esperantistas en la RDA, en 1950 siguió la prohibición en Hungría y en 1952 en Checoslovaquia. Después de la muerte de Stalin se dio una lenta resurrección del movimiento esperantista en los países de la órbita soviética.

Jesús González

 


Fuente: Rojo y Negro