Introducción

En el año 2010 se celebró el centenario de la creación del sindicato anarcosindicalista CNT. En julio del 2011, se cumplió el 75º aniversario del estallido de la guerra civil en España. Para algunos, un episodio más de la historia cruenta de un país en el que las tragedias “civiles” parecen repetirse más que en otros del mismo entorno. Alguien la definió como la última guerra romántica del siglo XX (¿existen las guerras románticas?). 

Los tres millones de represaliados dejan poco lugar al romanticismo, más bien a la tragedia. Lo que no deja lugar a dudas, aunque algunos traten de esconderlo, son los hechos que se desarrollaron a partir del 18 de julio de 1936; hechos que evidenciaron un enfrentamiento de clases. Por un lado, el Pueblo, agrupado y organizado mayoritariamente en sus organizaciones sindicales: la CNT y la UGT junto a las organizaciones políticas socialistas, comunistas, nacionalistas y republicanas que defendieron la legalidad de la República.

Los tres millones de represaliados dejan poco lugar al romanticismo, más bien a la tragedia. Lo que no deja lugar a dudas, aunque algunos traten de esconderlo, son los hechos que se desarrollaron a partir del 18 de julio de 1936; hechos que evidenciaron un enfrentamiento de clases. Por un lado, el Pueblo, agrupado y organizado mayoritariamente en sus organizaciones sindicales: la CNT y la UGT junto a las organizaciones políticas socialistas, comunistas, nacionalistas y republicanas que defendieron la legalidad de la República. Por el otro, los que se sublevaron dando un golpe de Estado; las clases dominantes: la jerarquía católica, el capital y el ejército encuadradas en sus organizaciones políticas: la CEDA, la falange y el requeté, apoyadas y financiadas por la Alemania nazi y la Italia fascista. Durante los cerca de tres años que duró el enfrentamiento, guerra y revolución se darían la mano. Las realizaciones económicas que se produjeron en España asombraron al mundo entero. Los proyectos de economía social publicitados durante años por las organizaciones libertarias se plasmaron en una realidad que despertó las ilusiones de los mas desprotegidos y el odio de los privilegiados. Colectivizaciones, autogestión de fábricas y empresas, municipalización, socialización y nacionalización de importantes sectores económicos y administrativos (sanidad, educación) demostraron que el pueblo trabajador, a través de sus organizaciones sindicales, era capaz de transformar un sistema basado en la explotación y el privilegio por otro más igualitario y justo. La experiencia duraría poco. Los intereses partidistas acabarían imponiéndose y a partir de mayo de 1937 esas realizaciones prácticas acabarían siendo arrinconadas, en el mejor de los casos, o pasadas a fuego y cuchillo en la mayoría de las ocasiones.

Las llamadas “democracias”, Inglaterra y Francia así como la autodenominada “patria” del proletariado, la Unión Soviética; defenderían únicamente sus intereses sin importarles para nada el sufrimiento y la ruina de todo un pueblo.

Las dos primeras, pisotearían el Derecho internacional negando cualquier ayuda al gobierno legítimo de la República española -creación del Comité de no Intervención -. La Unión Soviética, saquearía el tesoro de la república y la utilizaría como moneda de cambio con la Alemania nazi 

Este enfrentamiento, que era inevitable dada la tremenda injusticia social reinante en el país, sería provocado por las clases privilegiadas al sublevarse contra el gobierno democráticamente elegido, el gobierno de la República. Los militares sublevados no concedieron demasiada importancia a la reacción de las clases populares. Contaban con que, como otras veces, esta sería sofocada inmediatamente. Infravaloraron la respuesta de las organizaciones obreras y serían estas, fundamentalmente, las que no solo se enfrentarían al ejército sublevado sino que lo derrotarían. Por primera vez en la historia de España las fuerzas auténticamente populares y progresistas derrotaban al Ejército y a la oligarquía más reaccionaria, causando una tremenda preocupación y miedo, por su efecto contagio, entre los regímenes autoritarios y conservadores de Europa, al mismo tiempo que generaba una profunda admiración entre la población más oprimida y explotada.

La participación de los hombres y mujeres del movimiento libertario, a través del sindicato anarcosindicalista CNT y sus organizaciones específicas F.A.I., F.I.J.L y Mujeres Libres fue vital para infringir esa humillación al ejército africanista y evitar el desmoronamiento de la República. La movilización de sus efectivos durante los casi tres años de guerra garantizarían la continuidad de la República y la defensa de las libertades. Más de la mitad de las tropas republicanas estaban encuadradas en el movimiento libertario a través de sus organizaciones: CNT, FAI, JJ.LL. Durante esos tres años de combate se plasmaron en la historia las realizaciones económicas y sociales más avanzadas del mundo occidental: La Revolución Libertaria.

¿Cómo fue posible que fuerzas de trabajadores y trabajadoras, sin preparación militar y sin medios de combate, fueran capaces derrotar a un ejército perfectamente preparado, experimentado e instruido ?. 

Los comités de defensa confederales, fueron parte de esa estructura organizativa de la que se dotaron los libertarios para defender y extender una revolución que conmocionó al mundo entero. Esta es una parte de su historia…

Juan J. Alcalde

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http://www.memorialibertaria.org/spip.php?article1719


Fuente: Juan J. Alcalde