Cuando ayer, 14 de abril, leí un mensaje de la muerte de Paco Ramírez no podía darle crédito.

A las nueve de la mañana, en su despacho del IES Alfaguara de Loja, Granada, moría nuestro querido compañero de un infarto. A pie de obra, en su trabajo.

Ha sido delegado sindical del sindicato de enseñanza de CGT. Venía del sindicato de interinos y se incorporó a nuestra organización posteriormente.

Con él recorrí muchos centros de la provincia de Granada en nuestra acción sindical y tuve ocasión de conocerlo más personalmente.

A las nueve de la mañana, en su despacho del IES Alfaguara de Loja, Granada, moría nuestro querido compañero de un infarto. A pie de obra, en su trabajo.

Ha sido delegado sindical del sindicato de enseñanza de CGT. Venía del sindicato de interinos y se incorporó a nuestra organización posteriormente.

Con él recorrí muchos centros de la provincia de Granada en nuestra acción sindical y tuve ocasión de conocerlo más personalmente.

Era ante todo un hombre bueno, luchador, trabajador. Con un semblante amable. Nunca encontré en él un mal gesto, ni una palabra fuera de lugar.

Deja a un hijo, Yeray, de 16 años y a su mujer, rotos por el dolor de esta pérdida tan inesperada.

Inesperada también para todos nosotros, sus compañeros y compañeras del sindicato.

Guardo de Paco un recuerdo entrañable, su pin de la bandera andaluza en la solapa, su gesto sonriente. Su palabra atinada y sencilla. Su disposición a colaborar. La buena acogida de quienes lo conocían y sabían de su calidad humana.

Resulta difícil escribir estas palabras porque la incredulidad y el no puede ser cierto nos dominan.

Quiero expresar todo nuestro afecto, cariño y afecto a su familia, especialmente a su hijo, mujer y madre. Con 47 años, en plena madurez, nos ha dejado y quiero también guardar su recuerdo como un regalo de la vida que nos permitió conocerlo.

Ángela Sánchez García

Sindicato de Enseñanza de CGT Granada


Fuente: Sindicato de Enseñanza de CGT Granada