La Delegación Territorial de Educación de Málaga prohíbe expresamente (por dos veces) una reunión de la comunidad educativa de Benalmádena que se ha organizado para buscar soluciones al deterioro de la educación pública en la zona

El abandono y la saturación de los centros educativos de Benalmádena es algo que preocupa a las familias y trabajadoras de la zona, motivo que los ha llevado a organizarse y convocar una asamblea (por dos veces y en dos diferentes centros educativos) para buscar soluciones desde la organización comunitaria.

La Delegación Territorial de Educación de Málaga también está preocupada, pero su preocupación no es por el incumplimiento de sus compromisos para la construcción de más centros educativos en la zona. Tampoco están preocupados por reducir la saturación y masificación de las aulas que podrían solucionar reduciendo las ratios en la zona o reforzando la actividad formativa con la contratación de más profesorado. Ni siquiera se han preocupado por lo más elemental, algo tan básico como cubrir las plazas desiertas (desde hace años) del personal de administración y servicios responsable de la gestión administrativa y de la apertura y cierre de los centros a diario.
No. La preocupación de nuestros «gestores» ha sido simplemente la de llamar expresamente a las directivas de los dos centros educativos públicos que habían cedido los espacios para la celebración estas asambleas para desautorizarlos y dar la orden directa de prohibirlas.

Desde los sindicatos CGT Enseñanza Málaga, USTEA Málaga y CC. OO. solo se nos ocurre una palabra para describir esta acción deshonrosa y humillante, para la cual no se han dignado ni a dar una contestación por escrito a las diferentes solicitudes de cesión de los espacios públicos cursadas por cauces oficiales.

VERGÜENZA

Mañana 16 de abril la asamblea se celebrará, aunque tenga que ser en la puerta del CEIP Poeta Salvador Rueda, porque no se puede coaccionar a una comunidad educativa que lucha por algo tan esencial como es el derecho a una educación digna.


Fuente: FASE-CGT