La crisis económica antipersonas, la ruptura social, la contrarreforma laboral, la cesión del Gobierno ante las exigencias nacionalistas, el amago de marcha verde aprovechando la mentida enfermedad del Rey, el afloramiento de presuntas tramas negras por medios de comunicación en números rojos y la recuperación pública de un recauchutado Mario Conde por el entorno de la corona, dibujan una reentré política a la vez compleja y esperpéntica

La crisis económica antipersonas, la ruptura social, la contrarreforma laboral, la cesión del Gobierno ante las exigencias nacionalistas, el amago de marcha verde aprovechando la mentida enfermedad del Rey, el afloramiento de presuntas tramas negras por medios de comunicación en números rojos y la recuperación pública de un recauchutado Mario Conde por el entorno de la corona, dibujan una reentré política a la vez compleja y esperpéntica

Poco a poco, crisis va reforma viene, la situación en la ex octava potencia industrial del mundo se hace más procelosa. A medida que pasa el tiempo, un cúmulo de factores fuera de control –eso precisamente es una crisis sistémica- empieza a configurar algo que se parece mucho a una ruptura, un cambio de paradigma Claro que se trata de una ruptura contra los intereses populares. Un cambio teledirigido por los de arriba contra los de bajo para hacer frente a una dinámica político-económica y social nueva, para modificar sobre la marcha la relación de fuerzas y así reequilibrar el sistema. Por ese clamoroso vacio del democrático (en ausencia de la fuerza del pueblo), a pesar de que estén saltando todas las alarmas, todavía el presidente del gobierno se permite insistir impunemente en las mentiras de los brotes verdes, su edecán el ministro de Fomento José Blanco oficiar de Rasputín lanzando globos sonda a tontas y a locas y el PSOE la esquizofrenia de votar al unísono la contrarreforma laboral como una piña y dejar libertad de voto para sancionar la prohibición de las corridas de toros en Catalunya. Todo sin que en la calle se forme un cristo de armas tomar.

Hablamos de un proceso acumulativo-degenerativo, de sedimentación de problemas, que ha ido elevando la temperatura política interna hasta niveles de alto riesgo para el sistema. Aunque la opinión pública, domesticada en la lógica del statu quo por los medios de comunicación, parezca insensible y muestre una insufrible propensión a aguantar lo que le echen. Hasta ahora al menos, porque por la naturaleza de lo que está en juego y la profundidad de las crisis abiertas – es una crisis de crisis, la crisis modelo muñeca rusa propia de sistemas agotados- puede que llegue el momento en que resistirse a los dictados del poder – en realidad son poderes acoplados, legales e impostados- se convierta en una cuestión de mera supervivencia. Y si ese caso llegará a producirse habría que estar atentos para encauzar progresiva, radical, solidaria y democráticamente esas energías hacia una verdadera ruptura y evitar su utilización por esos “incontrolados” que en España los poderes fácticos suelen utilizar en momentos cruciales a beneficio de inventario.

Por cierto, fantástica exclusiva esa de presuntos infiltrados nazis en sindicatos de oposición en un país donde los partidos de corte nazi-fascista son legales y concurren a las elecciones. Precisamente antes de escribir estas líneas he visto en el centro de Madrid carteles de Alianza Nacional que homenajeaban a Rudolf Hess, el lugarteniente Hitler. ¿Denunciarán también con idéntico amarillismo los medios la infiltración de esas formaciones en los próximos comicios, por ejemplo, de Catalunya ? ¡Qué farsantes ! Esta noticia, que intenta poner el foco de la sospecha sobre CGT, coincide en el tiempo con otra difundida por el ministerio de Trabajo sobre la pérdida de 270.000 afiliados por UGT y CCOO en 2009, sobre todo entre trabajadores jóvenes, precisamente el segmento de población donde más ha crecido últimamente la Confederación General del Trabajo.

Los hechos que están haciendo saltar las alarmas intramuros del sistema son de diferentes tipos y calibres. Los hay económicos que van más allá de la propia crisis y revelan, al margen de la propaganda y la verborrea, la ineficacia de las medidas adoptadas por el gobierno, en la línea de lo que está ocurriendo en Irlanda y Grecia. La estrambótica puesta en escena de la “pruebas de resistencia” del sistema financiero es el último desatino hasta la fecha en este área. Se preparó concienzudamente como una campaña de marketing-cohecho que vendiera a los mercados la buena salud de la gran banca española y de paso justificar a nivel doméstico la expropiación social de las cajas de ahorros, y el resultado fue que la prensa internacional terminó destacando lo obvio : que de las siete entidades europeas suspendidas cinco eran españolas (las cajas de la discordia ahora bancarizadas en su mayor parte). La consecuencia inmediata fue el rebote hacia abajo de las cotizaciones bancarias del Ibex 35 en días sucesivos. Por muchos guiños y compras de voluntades que haga Gobierno, los mercados retienen el hecho mayúsculo de que banca española ha recibido prestado (y debe) 130.209 millones de euros del Banco Central Europeo (BCE), el 20,9% de la zona euro cuando la cuota de PIB de España sólo es de algo más del 10%.

En el terreno social, aunque por ya sabido, no es menos importante el “divorcio” que las medidas antisociales y la contrarreforma laboral ha producido entre el partido socialista y los sindicatos mayoritarios, un hecho que puede tener consecuencias electorales en el dilatado periodo político que este otoño se abre a partir de la convocatoria de elecciones en Catalunya y que durará sin solución de continuidad hasta las generales de 2012. Ello en el caso de que haciendo encaje de bolillos el Gobierno consiga aprobar los próximos presupuestos del Estado, cediendo a las nuevas demandas de CiU y PNV, que son las fuerzas parlamentarias que pueden facilitarle la mayoría necesaria para salir airoso del trance. Claro que esta continua cesión antes los nacionalismos históricos, cuando dichos partidos se adentran en la fase nominalmente soberanista, se ven con enorme recelo por los cancerberos del régimen que desde la transición lo desean atado y bien atado (la bancarización de las cajas de ahorro por el Real Decreto-Ley 11/20010, de 9 de julio, es al gobierno local lo que la LOAPA pretendió ser en su día respecto a las autonomías) Y si a eso sumamos la corrupción que no cesa en todos los frentes políticos (excepto IU, pero otra vez el atraco de la Ley Electoral y la falacia del voto útil le condena al ostracismo), la idea de un ciclo político en caída libre no es descartable.

Un panorama que los gurús de Ferraz, con expectativas sombrías para “feudos” como Andalucía, Catalunya y Castilla La Mancha, intentan paliar acariciando un sorpasso en la Comunidad de Madrid. Cacicada que de momento lo único que ha logrado es instalar una trifulca de campeonato en esa circunscripción al apadrinar la candidatura de la ministra de Sanidad Trinidad Jiménez (4 millones de vacunas de la gripe A la basura) contra Tomás Gómez, el oscarizado por el PSM. Con lo que una derrota en Madrid en las primarias del 3 de octubre sería el primer sopapo que se llevaría Zapatero y su talante, sobre todo si gana Gómez, porque el duelo Gómez-Jiménez ha tenido la virtud de elevar el grado de conocimiento del nominado por los socialistas madrileños entre la ciudadanía. Fuego amigo.
Y ahora vienen los hechos que profundizan y agravan si cabe la situación. El más importante de todos es la nueva “marcha verde” que se está incubando en las colonias españolas de Ceuta y Melilla. Podrá argumentarse que los bloqueos que se registran en sus respectivos pasos fronterizos son una simple devolución de problemas ante la repatriación forzosa de miles de ciudadanos marroquíes víctimas propiciatorias de la crisis en el sector de la construcción. Pero eso no basta. Es una análisis insuficiente y hay buscar otras claves más esclarecedoras. Lo que está ocurriendo en Ceuta y Melilla es un amago de reedición de lo que sucedió cuando aprovechando la enfermedad de Franco el rey de Marruecos Hassan II organizo la “marcha verde” para anexionarse de facto el Sahara occidental. Ahora la fórmula se repite con dos jefes de Estado sucesivos : Juan Carlos I y Mohamed VI. Los servicios secretos del reino alauita, con antenas bien situadas y pagadas en el entramado de la alta administración española, saben que el monarca español padece una seria enfermedad (la imágenes de un Juan Carlos tambaleante al entrar en la catedral de Santiago son harto elocuentes) y han dispuesto la estrategia de la tensión necesaria para repetir la jugada cuando llegue la ocasión.

Finalmente, y para rematar, como el país nacido de las últimas voluntades del dictador carece de solera democrática y abundan más los buscavidas entre la clase política que los auténticos servidores públicos, en momentos de zozobra, cuando los dueños del tinglado ven amenazados sus intereses de casta y comprueban que ni siquiera su partido gendarme con un indolente Rajoy al frente es garantía de estabilidad, no les importa volver a las andadas y promocionar salidas por la tangente del sistema. Aunque rocen el esperpento como en el caso del relanzamiento público del banquero delincuente Mario Conde (método que ha hecho escuela en la cúpula de la patronal CEOE) que se ha pasado el verano haciendo bolos por toda España en televisiones y conferencias con la escusa de la presentación de su libro donde se relata su periplo emulando a “malamadre” de postín. Algo que sería una simple serpiente de verano sino se diera la curiosa coincidencia de haber sido promocionado urbe et orbi por el Grupo Intereconomía (¿quién mece su cuna financiera ?) y estar apoyado física e intelectualmente por monárquicos de toda la vida como el ex director de ABC Luis María Anson. Y si tenemos en cuenta que ya en su día, “trujimanes de palacio” (son continuos los elogios de Conde al Rey en sus deposiciones públicas) urdieron una operación para ungirle como presidente apartidista de un gobierno de salvación nacional, la cosa suena menos estrafalaria. Un dato : el jueves 12 de agosto el diario El País, entre otros, publicaba la foto del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Jeijoo, entregando a Conde el diploma de miembro de una institución gallegista con estas palabras : “Por cuanto hizo, hace y aún hará”. Tiene su lógica, se empieza rescatando a la banca usurera con dinero público y se termina haciendo la corte a un banquero-ladrón.

Permanezcamos atentos a la pantalla y discriminemos lo realmente importante y estructural de la que sólo es bulla, atrezo y como mucho tigres de papel manejados a control remoto.

Rafael Cid