Comunicado de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas (14/05/2020)

Desde hace varias semanas, las citaciones policiales y las condenas judiciales de militantes del Hirak, periodistas, sindicalistas autónomos… se multiplican. El poder argelino, desacreditado tanto a nivel nacional como internacional, golpea tan fuerte como puede aprovechándose del periodo de pandemia y la suspensión temporal de las manifestaciones anti-sistema. Desde hace más de un año, los argelinos y las argelinas se han movilizado masivamente en las calles para reclamar el fin de un sistema corrupto y liberticida. Desde hace más de un año, la represión se ha hecho cada vez más fuerte.

Desde hace varias semanas, las citaciones policiales y las condenas judiciales de militantes del Hirak, periodistas, sindicalistas autónomos… se multiplican. El poder argelino, desacreditado tanto a nivel nacional como internacional, golpea tan fuerte como puede aprovechándose del periodo de pandemia y la suspensión temporal de las manifestaciones anti-sistema. Desde hace más de un año, los argelinos y las argelinas se han movilizado masivamente en las calles para reclamar el fin de un sistema corrupto y liberticida. Desde hace más de un año, la represión se ha hecho cada vez más fuerte. A día de hoy, el poder se aprovecha de la pandemia en una última tentativa desesperada de poner fin a la revuelta popular. Las últimas condenas suman nuevas personas enfermas al número de presos y presos y presas por motivos políticos, condenados por un poder judicial a las órdenes del gobierno, en condiciones de higiene y seguridad que ya de por sí eran escandalosas en tiempos normales y que ahora, en esta situación, son aún más deplorables. Estas condiciones agravan el peligro para la salud que sufren todas las personas presas, en particular aquellas más vulnerables.

Los periodistas Sofiane Merakchi y Abdelouhab Fersaoui fueron condenados respectivamente a ocho meses y un año de prisión firme en abril. En marzo, el periodista y opositor Karim Tabbou fue condenado a un año de prisión apelable. Kaddour Chouicha, sindicalista de SGESS CGATA fue encarcelado durante un mes y medio a principios de año. La movilización argelina e internacional contribuyó a que el poder se echara para atrás y a que nuestro camarada fuera puesto en libertad. Nos acordamos, no obstante, de todos aquellos y todas aquellas que siguen estando encerradas en las mazmorras del régimen, sin poder recibir la visita ni la asistencia de sus personas cercanas.

Denunciamos, igualmente, las tentativas de intimidación contra sindicalistas autónomos del CGATA. Los locales de la confederación han sido clausurados por orden del Prefecto, en Argel, durante la preparación de una huelga general y las elecciones del pasado diciembre. Esta grosera maniobra privó a la organización sindical de una parte de sus medios y lugares de reunión. Reclamamos que el Prefecto que revoque su decisión y ponga fin a esta medida represiva.

A raíz de una citación de la wilaya de Chelf, Nadia Djador Alia, miembro del SNAPAP CGATA fue requerida por el servicio de “lucha contra los crímenes electrónicos” de la policía el 11 de mayo de 2020. La policía está ejerciendo fuertes presiones contra ella, acusada de “humillación del presidente de la República” a través de publicaciones en una red social. Ella debe presentarse delante del procurador de la República en los próximos días.

Actuando así, el poder no hace más que retrasar su caída y ampliar su descrédito a nivel nacional e internacional.

Las organizaciones miembros de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas denuncian los métodos de intimidación y demandan su cese inmediato, así como el de todas las investigaciones judiciales contra los y las militantes del Hirak.

Exigen la liberación inmediata de todas las personas presas por motivos políticos.

Democracia y justicia social para Argelia. ¡Viva el Hirak!

http://www.laboursolidarity.org/ARGELIA-Epidemia-de-represion?lang=es


Fuente: Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas