Ayer volvimos a salir millones de personas a la calle a defender la vida y la paz, saliemos contra la barbarie del terrorismo, contra el asesinato y la pena de muerte. Esta vez sí que han estado los que se quedaron en sus casas en las manifestaciones de hace un año contra el terrorismo de la guerra, los que con la cabeza agachada o dando la espalda cobardemente, dieron su apoyo en las urnas a un gobiero que tiene las manos manchadas de sangre y que apoyaron el asesinato en su nombre de más de 10.000 personas en Irak.


Ayer volvimos a salir millones de personas a la calle a defender la vida y la paz, saliemos contra la barbarie del terrorismo, contra el asesinato y la pena de muerte. Esta vez sí que han estado los que se quedaron en sus casas en las manifestaciones de hace un año contra el terrorismo de la guerra, los que con la cabeza agachada o dando la espalda cobardemente, dieron su apoyo en las urnas a un gobiero que tiene las manos manchadas de sangre y que apoyaron el asesinato en su nombre de más de 10.000 personas en Irak.

El titular de la noticia es una frase de Aznar dicha en Segovia el 12 de marzo de 2003, hace justamente un año, criticaba la participación ciudadana contra la guerra, negaba el derecho a dar voz a las manifestaciones a través de la pancarta, las mismas pancartas que sirvieron para traer la democracia, las mismas pancartas que se utilizan para denunciar el terrorismo patronal, las mismas pancartas que se utilizaron para convocar la huelga general.

Ayer el presidente Aznar salió tras la pancarta, acompañado por el Principe Felipe, la infanta Elena, Berlusconi, Acebes y una extensa lista de «personalidades» entre las que claro, estaban Zapatero y Llamazares, probablemente deseando que nadie le recordara sus palabras de hace un año «Una cosa es tener pancartas y otra cosa es tener proyectos, una cosa es dar gritos y otra cosa es tener ideas, una cosa es salir con Llamazares de manifestación…»

Carlos Peña
Rojo y Negro Digital